Descubiertas en el siglo XV, las minas de sal de Bex son, en la actualidad, un amplio laberinto subterráneo. Una parte de las galerías están abiertas a los visitantes, que podrán conocer mejor la historia de la sal de los Alpes.
La visita comienza en un antiguo depósito excavado en 1826. En esta amplia sala, una exposición y un documental rememoran los tres siglos de explotación de la mina. A continuación, los visitantes subirán a bordo de un pequeño tren que les llevará al corazón de las galerías. Al ruido del tren le sucederá el silencio místico del espectáculo de los pasadizos subterráneos. Durante el paseo por estos laberintos de sal (que dura aproximadamente una hora) se explican las técnicas de extracción.
Consumida en gran medida en Suiza, la sal de los Alpes de Bex se puede adquirir en la propia tienda de las minas. Se vende en su forma alimentaria tradicional y en una variedad de cosméticos naturales.